lunes, 10 de octubre de 2011

Insano II

Amándonos y odiándonos en ciertas estaciones pasamos nuestras vidas envueltos en esta pasión incontrolable y enfermiza. Y pasamos algunas noches enredados en orgías emocionales que cualquier bipolar o maniaco depresivo envidiarían. Si a alguien le dedico mi inspiración es a ellos, a mis amantes incondicionales, los que nunca me fallan, los que sí existen y dan su existencia entera por mi, los que me regalan sus formas etéreas y tácitas a cambio de ser en mi. Que si un ser humano me ha causado tal situación ¡pamplinas! Nadie más que cualquiera es quien me ha dado todo el absurdo más sublime de esta existencia.

Insano

Cuando se vive en el aire pisando tierra, de vez en cuando aparece un instante en el que abres los ojos al absurdo y lo observas (obviamente, sin encontrarle sentido). Los motivos son ciertos y todos tenemos motivos para estos momentos, nuestra memoria siempre tiene algún agujero negro, alguna imperfección que nos quita los lentes esos con que vemos las cosas de manera normal, común y corriente. Somos lo que aquellos han hecho de nosotros. Dar tu vida por ese resto que te hace y deshace no es parte del plan de ser como todos, pero desde el momento en que te angustia los errores de aquellos, que no eres tú pero que te manejan, que te hacen; dejaste de ser como ellos para darles tu vida. Te das cuenta que ese resto que muchas veces has menospreciado son los que te hacen esto que vez y que ellos ven. Lamentablemente tendrás que cargar con todos sus errores y tendrás que dar tu vida entera para buscar la manera de solucionarlos. Eres hijo y has de cargar con el peso de la culpa de aquellos, y aunque desees con todas tus fuerzas no haber llegado a ese nivel no puedes dar marcha atrás, es más, encuentras el placer más sublime y desgarrador ante esta verdad o esta mentira. De lo contrario si tratas de ser feliz, de pararte de no ser lo que necesitas corres el riesgo de ser escoria, de ser un algo tan simple, de ser tan lúcido como crees que son tus amados ideales.

jueves, 25 de agosto de 2011

Límite

Como esa narración que acababa de escribir, recordé el dolor en un párrafo, cinco líneas desesperadas, tantas noches ausentes y, ahora, la mezquindad pura de esa historia en un cuerpo. Pero el dolor purifica y, también, carcome cada hueso del presente que me escupe lo que fui y me vomita la angustia hasta convulsionar. Mas, acabado el drama, en un cercano tiempo, recogeré mi cabeza y volverá a sonreír.

jueves, 18 de agosto de 2011

Meses atrás

No sabría definirlo. Lo he mirado tantas veces. Lo he contemplado con todos los ojos que tengo. Y cada mirar es distinto, le he buscado algo que me diga que no, y nada he hallado. Es más cada vistazo que he hecho alimenta uno nuevo, me deja con la inquietud de seguir observándolo, esperando cada sensación que me da mirarlo, esperando cada emoción que me da su recuerdo. Mis ojos obsesivos hasta el cansancio lo contemplan con tanto apasionamiento que hasta se convierten en palabra y cada vistazo es una nueva (palabra): la frase del día, el poema que espera nacer, la historia que quiere ser contada. Maldito apasionamiento, me he repetido tantas veces, maldita mirada obsesiva o más bien curiosa (a veces suelo hacer de una minúscula el drama de mi vida). Maldito placer, bendito cuando no lo pienso, maldito cuando lo reflexiono, ¡maldito! Que es patológico me repito, que es normal, la humanidad entera lo dice y las canciones lo comentan. Pero en el silencio mi pensar intenso, somnoliento, me dice que no, que es insano, enfermo falto de razones. Y no sabes, cada trazo de su rostro pareciera que ha sido diseñado pensando en mi, cada medida de piel, cada relieve exacerban ese natural y condenado sentimiento de posesión…es mío, digo. Lo hicieron para mí. Ah! Y sigo esperando la palabra exacta y le agradezco tanto el haberme resucitado, el haberme dicho que aún estoy viva.

jueves, 11 de agosto de 2011

Soledad

A bailar con ella que es como mi sombra, que me sigue a todos lados que me ha jurado nunca dejarme...le creo, le amo, le temo como al tiempo. La abandono a veces pero vuelvo a ella porque es sincera como ninguna porque me hace sentir, porque me hace ser en ausencia de cualquiera. Hoy bailaré con ella y por ella articularé cada parte de mi cuerpo, me quebraré, zigzaguearé quizá como un gato, quizá como una mariposa moribunda. Me hará feliz , me hará tristísima, me hará suya eternamente.

Por ella seré como siempre.


Eterna una

Ella como mi sombra,

viaja a mi lado monstruosa y bella,

cegada de amor, insana como se ve,

por siempre mía, aquella.


Le creo, le amo, le temo

Me cree, me ama, me teme

Como al tiempo.


Yo la abandono,

trato

Mas a ella vuelvo


A ella, sincera,

A ella, ausencia

a ella, espanto.


Hoy

a su lado bailaré,

en sus formas

fría me quebraré.


Serpentearé

quizá como un gato.

Como una mariposa

moribunda

Zigzaguearé.


Y bailaremos

sonriendo

lacerados nuestros huesos

A paso eterno,

Ella y yo, juntas.


martes, 9 de agosto de 2011

El deseo estúpido que me hace feliz y ridículo

Y la “maldita” se escurre surcando en mi piel un río de basura. Y mi mentira se va junto a la intensidad con que amé la vida por unos segundos. Se marcha junto a mis sueños de ser una más, se lleva mi momento feliz. Momento feliz de siempre, eterno. Mío.

Humano

En mi condición de no sé que tipo de ser humano me engaño "n" veces al día y me encanta. Y así me construyo, me río y me invento momentos buenos como la garúa sobre un cuerpo perfecto al atardecer, obviando cualquier defecto.